El azulado e imponente cielo,
el mar, de niebla hecho su velo,
la arena, delgada e infinita,
el salado viento que se agita,
la invencible espuma salpicante,
el refulgente y alto sol quemante,
la numerosa y risueña buena gente,
y mujeres hermosas, complacientes.
Maravillas naturales me rodean
y, sin embargo,
pienso en ti.
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