sábado, 3 de marzo de 2007

Lamento de Creta

(Confieso que no pude mantenerme alejado de mis obras "viejitas" más que unos meses. Esta es una de ellas, de hace bastante. Una época más "clasica", si es que la clasificación es válida. Y mas inexperta, debo decir.)
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Lamento de Creta

Cayó el gigante derrotado al suelo,
en dos su garganta cercenada.
Ya descansa la victoriosa espada
en las hábiles manos de Teseo.

Ariadna lo aguarda en las afueras
del temible laberinto. Piensa
que vendrá siguiendo aquella densa
madeja del ovillo que le diera.

El héroe no sale: está pensando
en el monstruo que ha muerto por su mano
sin siquiera parecer humano;
y se apiada de su espíritu, llorando.

Los libros nada dicen sobre esto:
al ver muerto a su dignísimo enemigo
Teseo piensa merecer castigo;
esto lo observan Zeus y su hijo Hefestos.

“Suficiente castigo”- Zeus Cronión
dice a su hijo –“Teseo ha recibido.
Ya sabe qué ha ganado y qué ha perdido:
hagámosle olvidar la situación”

Hefestos le dice a su potente
padre: “La llama de mi fragua
arde y quema, y no muere con el agua;
así se encuentra el alma del doliente

Teseo, por matar aquel maldito.
No lo merece: contigo estoy de acuerdo,
borremos de su mente los recuerdos
y todos los detalles del delito”.

Salió el héroe, al fin, y con su amada
Ariadna miró hacia el poniente;
no han quedado ya rastros del doliente
asesino del hilo y de la espada.

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